- La persona honesta es transparente, vive según principios, se ajusta a la legalidad, evita la doble moral y busca el bien común.
- Los grandes problemas de falta de honestidad tienen su origen en pequeñas deshonestidades en la casa, en el trabajo, en la vida social.
- La sinceridad es una clave de las relaciones humanas, y consiste en decir toda la verdad, a quien corresponde, de modo oportuno y en el lugar correspondiente. Decir la verdad no implica irrespetar a nadie. La persona que miente se hace un daño a sí misma. La mentira es auto-destructora; siempre se paga.
- Robar al pobre, mentir para dañar a alguien y hacer fracasar a otros voluntariamente, son injusticias “gordas”.
- Ser justo es dar a cada uno lo suyo, lo que le corresponde: salario, derechos, reconocimiento, gratitud.
- La falta de integridad se quiere justificar diciendo que todos actúan así; o que es la única forma de salir adelante. Es necesario ser coherente aunque esto suponga ir “contra corriente”.
- Una forma de deshonestidad muy común es aceptar un trabajo mal hecho o un servicio mal prestado, pues deteriora la justicia.
- No “venda su alma” por sacar adelante un negocio. Su tranquilidad y la paz interior no tienen precio.
- La persona íntegra vive lo que dice y habla lo que piensa. La persona íntegra vive auténticamente como un ser humano.
- La deshonestidad -pequeña o grande, en el sector público o en el sector privado-, es una causa importante de la pobreza que inunda el país.
DECÁLOGO DE LA HONESTIDAD
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